10 cosas que no debes hacer en una boda… si eres la dama de honor
Si te acaban de pedir que seas dama de honor pero nunca has asisitido a ninguna boda en España con estas figuras, en anteriores posts podrás ver cuál es tu rol, qué se espera de ti y cómo puedes ser una dama de honor ideal. Ahora simplemente queremos centrarnos en aquello que debes evitar y en los errores que no puedes cometer si tu mejor amiga, prima o hermana quiere que seas una parte tan importante de su gran día.
Spoon&Spoon Fotografía
Asi que aquí van 10 cosas que no debes hacer en una boda si eres la dama de honor:
1.- Pensar que te ha caido un marrón encima. Ser dama de honor es un honor, no un trabajo o una obligación. La novia confia en tí y quiere que compartas algo más que unas horas con ella el día más importante de su vida. Te está valorando como una de las personas más importantes de su vida, te está destacando sobre el resto de los invitados y te necesita a su lado a lo largo de todos los preparativos para ayudarla, guiarla y acompañarla. Si aceptas, hazlo con una sonrisa y que sea totalmente de corazón, si no vas a estar cómoda, siéntete libre de decirle que es demasiada responsabilidad para ti.
2.- Lilarla con el vestido. Uno de los temas que más enfrentamientos o diferencias de opiniones trae es el vestido de las damas de honor. El color, el modelo, el estilo, el corte... puede que no sea de tu agrado, que no te quede bien, que sea tu color más odiado o algo que en la vida te pondrías. Pero recuerda que con una sonrisa, todo queda mejor. La novia puede consultarte pero no está obligada a hacerlo, es su boda y ella decide cómo quiere que vayan vestidas sus damas de honor. Quizás podáis buscar otras alternativas: diferentes tonos, diferentes modelos... pero el cortejo debe estar unificado, sino se perderá el concepto de "dama de honor".
Fran Vaquero Bodas
3.- Prepararle una despedida que odia. Conoces a tu amiga, sabes lo que le gusta y con lo que disfruta. Asi que, hazle un favor y organízale una fiesta pensada para ella. Si le gusta la moda, regálale una personal shopper; si le gusta la playa, móntale una fiesta ibicenca; si le gusta la tranquilidad, iros a un spa; si le chifla maquillarse y cuidarse, apuesta por una beauty party.... Seguro que encuentras una forma divertida de pasar un magnífico día todas juntas.
4.- Hacerle la contra. Es su boda, no la tuya. Asi que trata de tener empatía con ella, mostrarte sensible, entender su punto de vista y no imponer tus decisiones. El objetivo es acompañarla y guiarla, no hacerla sentir mal. Puede que no estés de acuerdo con acabar la ceremonia de esa forma, no te gusten los detalles de boda que quiere dar a los invitados u odies la paleta de colores, pero no es tu día, es el suyo y quieres que ella sienta feliz.
5.- Esperar a ayudar la semana de antes. Una boda implica mucho estrés y, dependiendo del estilo de boda, puede entrañar muchas horas de trabajo y preparación. Implícate desde el minuto cero, pregúntale en qué puedes ayudar y muéstrate receptiva. Un dama de honor no sólo camina delante de la novia en la ceremonia o va vestida igual que el resto de damas, una dama debe participar y conocer la boda de su amiga, y debe ser una de las personas en quien pueda delegar.
ByN Fotografos
6.- No morderte la lengua. Si no vas a decir algo bonito, agradable o que la vaya ayudar de verdad, mejor quédate callada. No son momentos de generar crispación o discusiones. Hay quien dice que las bodas sacan lo mejor y lo peor de cada persona, no les des la razón. Además, son días de muchos nervios para ella, ya hemos dicho muchas veces que las novias se convierten en BrideZilla, asi que no le tengas en cuenta algunas cosas. Debes ser su pilar y aportarle tranquilidad. Por supuesto, este punto incluye también llevarte bien con el resto de las damas.
7.- Sentirte avergonzada. Ser dama de honor te da un lugar destacado en la boda, es verdad, pero no tengas miedo a tener protagonismo ese día. Participa todo lo que puedas en la ceremonia, las sorpresas, las bromas y lucha por que tu amiga tenga el día que ella quiere tener. Tampoco debes sentir vergüenza por llamar la atención, en España cada vez más la figura de la dama de honor está tomando protagonismo y las novias quieren tener a sus mejores amigas a su lado. ¡Disfruta de ser diferente y de contar con el total apoyo de la novia!
8.- Llegar tarde a la boda. Bajo ningún concepto puedes llegar después de la novia ese día. No te lo perdonará. Al ser parte del cortejo, retrasarás la ceremonia. Ese día deberás levantarte antes, organizar bien tu tiempo, darte casi una hora extra por si ocurriera algún imprevisto y estar emocionada esperándola para abrirle camino hasta su futuro marido.
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9.- Olvidarte de la novia en la boda. Con el estrés de los preparativos y una vez el suspiro de alivio de que todo ya ha pasado, puede ser que te relajes demasiado y te olvides de tu amiga. Ella te seguirá necesitando para que le pongas bien el vestido que le marca una arruga fea, le coloques el velo, el tocado o la corona que se le está cayendo, hagas un poco de relaciones públicas o estés al tanto de que todo esté como ella soñó.
10.- Ser un muermo. Todos los puntos anteriores no implican que la dama de honor no deba divertirse y se convierta en un soldado con una misión que cumplir. Por supuesto, la dama de honor debe bajar la guardia, divertirse, reir, bailar y ser también un poco el alma de la fiesta, que para eso ha querido la novia que ocupes un lugar tan privilegiado en su gran día.