Entrevista a Cocotte Catering
Muchos comienzos empresariales nacen por casualidad. En el caso de Bárbara Jiménez de Laiglesia fue justo después de organizar su boda cuando le picó el gusanillo de tener su propia empresa de catering. No es fácil pasar de un trabajo estable como responsable de departamento en una gran firma de distribución a irte a París a estudiar y lanzarte como emprendedora. Lo que para su entorno era una locura, es ahora una empresa que ha cumplido casi 20 años de experiencia, calidad, diseño y atención a sus clientes. Hablamos con Bárbara de Cocotte Catering.
¿Cómo fueron los inicios de Cocotte Catering?
Empecé yo primero y más tarde se unió mi hermana Paula. Yo había estudiado económicas y dirección de empresa y fue tras mi boda cuando me empezó a picar el gusanillo y a gustar este sector. Tras 5 años trabajando como directora de personal de una firma del sector de la distribución, decidí dar un giro total a mi vida y empezar en serio con lo que en ese momento era mi sueño de montar mi propia empresa de catering. Fue tras nacer mi hijo cuando me fui 9 meses a París a estudiar a Le Cordon Bleu. Imagínate mis padres que estaban enfadados con la decisión que había tomado y solo contaba con el apoyo de mi marido. Menos mal (risas). Aunque después de 20 años todos están muy contentos por como ha ido todo; pese a que los comienzos son duros como es lógico. Pero dije, si no lo intento, siempre tendré esa espina.
Vuestro catering se caracteriza por la calidad, platos creativos, montajes maravillosos...
En una empresa de este tipo, la calidad y la excelencia en los productos y en el servicio es una obligación. Nosotras intentamos que cada boda sea diferente, nos adecuamos al gusto de los novios, nos gusta arriesgar, hacer cosas novedosas. Y por eso apostamos por montajes diferentes, exclusivos y en donde cuidamos mucho los detalles. Nos implicamos mucho desde el principio hasta el final. Siempre nos adaptamos a los novios, a sus ideas, a su presupuesto y en ocasiones les tenemos que aconsejar ya que ciertas ideas pueden ser demasiado arriesgadas o locuras.
¿Os han pedido cosas imposibles?
Hay de todo. Desde novios que quieren comida en directo con la dificultad que eso puede traer consigo de que se formen horribles colas frente al cocinero, pasando por cocinar para muchisimas personas, elaborar platos de cocineros estrellas michelin o hacer el catering en lugares preciosos pero que logísticamente son imposibles o carísimos. Nuestros novios siempre se dejan aconsejar, y es que tener una experiencia de casi 20 años es un grado en este tipo de cosas.
¿En esas peticiones tipo locura, tenéis algo prohibido para servir en vuestro catering?
Nosotros nos adaptamos siempre a los gustos de las parejas, a su procedencia, a si quieren un plato que les evoca un recuerdo o es especial para la familia. Pero, por ejemplo, nunca ofrecemos ostras ya que puede darnos algún disgusto en tema de intoxicaciones y no queremos arriesgarnos.
Si yo me fuera a casar y estuviera buscando un catering para mi boda, ¿qué consejos me ofreces para decantarme por una u otra empresa?
Antes de nada te diría que te fijes en empresas que tienen una dilatada experiencia a sus espaldas, ya que es una buena señal; y es que, al final, hacer tantas bodas te da una seguridad y una confianza que puedes transmitir a esos novios que te eligen para su gran día. Si, además, tienen amigos o familiares, o ellos mismos, que han podido ir a una boda o evento con ese catering, es un punto a favor. De esta manera, conocerán la calidad de su cocina, su servicio, la presentación, decoración. Para mi es primordial que sea una empresa con una dilata experiencia y con una calidad excelente tanto en su cocina como en su servicio. Un bonito montaje se puede lograr con la cantidad de proveedores fantásticos que hay en ese sentido.
Estamos en otoño, ¿qué platos nos recomiendas para una boda para estas fechas?
Yo me decantaría por un arroz meloso como plato principal y luego cualquier plato donde las castañas, las setas, las trufas o el foie tengan una presencia importante, ya que estamos en época.