Trajes, tocados y pamelas
Es el acontecimiento del siglo y no solo para el príncipe Guillermo y Catherine Middleton sino también para el selecto grupo de invitados que ya ha llegado a la abadía de Westminster para ser testigos del ‘sí quiero’ de los futuros reyes de Inglaterra.
La mirada de miles de personas está puesta en los novios, pero también en los asistentes. La primera en llegar ha sido Chelsy Davy, invitada del príncipe Harry, acompañada de un grupo de amigos con un diseño en de raso verde agua de Alberta Ferretti acompañado de un tocado en tonos marrones. Sin dejar de sonreír y comentando con sus acompañantes los detalles del abadía, la amiga del hermano del príncipe Guillermo ha ocupado su asiento para ser testigo de esta unión.
La realeza europea
La reina Sofía, como ya hizo anoche en la cena previa, ha optado por otro vestido de Margarita Nuez, en tonos azules con flores, tocado y guantes. La princesa Letizia ha seguido fiel a Felipe Varela, con un vestido en muselina plisada rosa terracota, con bordados imperio en hilo al tono, zapatos en raso de Magrit, guantes en ante y sombrero de Pablo y Mayaya.
El príncipe Felipe y la princesa Matilde de Bélgica, con un vestido de Armani Privé en azul petróleo; el rey Simeón II y la reina Margarita de Bulgaria; la reina Margarita de Dinamarca; la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Daniel, duque de Västergötland; el rey Constantino, padrino de bautismo del novio, y la reina Ana María de Grecia que van con su hijo, el príncipe Pablo, la mujer de este, la princesa Marie-Chantal, y el hijo de ambos, el príncipe Constantino de Grecia, de trece años.
El gran duque Enrique y la duquesa María Teresa de Luxemburgo; el príncipe Alberto II de Mónaco y Charlene Wittstock; el príncipe Guillermo y la princesa Máxima de Holanda, con el hermano de Guillermo, Johan Frisso y su mujer Mabel Wisse; el rey Harald y la reina Sonia de Noruega y el rey Miguel I de Rumanía y su hija la princesa Margarita. El príncipe heredero Alexander y la princesa Catalina de Yugoslavia con su prima, la princesa Isabel de Yugoslavia también están presentes.
Siguiendo también el horario establecido, han llegado los familiares del novio. La reina Isabel II, de amarillo, y el duque de Edimburgo; el príncipe de Gales, Carlos, y la duquesa de Cornualles, Camilla, que lleva un vestido de Anna Valentine, que fue la diseñadora de su vestido de novia; el duque de York, Andrés, y sus hijas las princesas Beatriz y Eugenia de York, con zapatos de Jimmy Choo y unos de los tocados más originales de la ceremonia; los condes de Wessex, Eduardo y Sophie, y su hija lady Louise, de siete años; la princesa Ana y su marido Timothy Laurence con sus hijos y sus respectivas parejas Peter y Autumn Phillips y Zara con su prometido, Mike Tindall.
1.900 invitados
David y Victoria Beckham han hecho su entrada en Westminster cogidos de la cintura. David, quien no ha olvidado colocarse su insignia de la Excelentísima Orden del Imperio Británico ha lucido chaqué de Ralph Lauren, mientras que Victoria, embarazada ha elegido un vestido azul diseñado por ella misma y de líneas depuradas, con mucho volumen. A modo de tocado, Victorial ha elegido un elaborado clutch.
Arropados por la multitud y en el centro de la abadía, el hermano de la princesa Diana, por tanto, tío de Guillermo, el conde Spencer buscaba su asiento acompañado por su prometida, Miss Karen Gordon.
Jaleados por la multitud han hecho su llegada hasta la abadía londinense el cantante Elton John, gran amigo de la familia real inglesa desde hace muchos años, y su pareja, David Furnish. Las miradas de la multitud han vuelto a detenerse para fijar sus ojos en la llegada de el primer ministro, David Cameron y su esposa Samatha, quien una vez más ha destacado por su sencillez, luciendo un vestido verde de manga larga y renunciando al tocado, elegido por las mayorías de las invitadas, y decantándose por un pequeño adorno floral para su melena. Tras los pasos del primer ministro, las miradas se han girado hacia el vice primer ministro Nick Clegg y su esposa, la vallisoletana Miriam González, quien con un traje de gasa con estampado de lunares, no ha dejado de saludar al gentío que gritaba su nombre.