La alfombra roja de los Goya 2011
Novias, madrinas e invitadas, la XXV edición los premios Goya, además de rendir homenaje al cine español, se han convertido en una explosión de elegancia, glamur y últimas tendencias. Representantes de la moda, el cine, los medios de comunicación y hasta la política desfilaron con sus mejores galas por la alfombra roja del Teatro Real. ¿Necesitas inspiración?
A grandes rasgos, el negro fue el gran protagonista de la noche, los recogidos ganaron a las melenas sueltas, y dos firmas españolas fueron las escogidas por la mayoría de las invitadas: Pedro del Hierro y Hannibal Laguna… Sin duda, los vestidos de inspiración griega y cortes imperiales, fueron los triunfadores de la noche.
Es el caso de Elena Anaya, indiscutible protagonista por su éxito a la hora de elegir modelito. La actriz lució un diseño de Elie Saab, color verde botella, de inspiración helénica, drapeado y de escote asimétrico que combinó a la perfección con un sencillo recogido adornado por una sencilla tiara. Natasha Yarovenko también optó por un estilo similar, de Roberto Cavalli, color nude, drapeado y palabra de honor, de cuerpo encorsetado y falda con aberturas. María Valverde eligió a la diseñadora Cindy Figueroa, inspirada por la diosa del amor y la belleza, Afrodita. Para su creación utilizó sedas naturales de color nude en degradé. Las entrelazó en el cuerpo de la actriz, con diversos largos que creaban una asimetría armónica y escote corazón.
Otra triunfadora de los Goya fue Silvia Abascal, ataviada con un espectacular Lorenzo Caprile con un ribete de tul negro que desembocaba en una larga cola, y pailletes color nude en un vestido de corte sirena. Adriana Ugarte, de La Señora, se atrevió con un vestido azul eléctrico con detalles joya en los hombros, y cintura de Beba's Closet. Otras actrices que optaron por el color azul, aunque en diferentes tonalidades, fueron Laia Marull, con un vestido largo con escote corazón y volantes, Cayetana Guillén Cuervo, con un entallado Oscar de la Renta, y Silvia Abril, con un palabra de honor de tafeta de seda con lazo en la espalda y vintage, se decantaron por el color azul.
La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, y la actriz, Emma Suárez también estuvieron bastante acertadas. Ambas se decantaron por trajes de corte imperio, la primera de Jesús del Pozo y la segunda de Gucci, en tonos vino y burdeos, respectivamente.
Como auténticas princesas
Otras de nuestras celebrities que tampoco defraudaron fueron aquellas que se decantaron por un look de inspiración princesa. Inma Cuesta lució un llamativo vestido de escote corazón, con encaje en el corpiño y falda abullonada en tonos grises con pequeños topos en negro. Aura Garrido, de Oscar de la Renta, prefirió un dorado con escote palabra de honor. Impresionante estuvo Lydia Bosch, quien lució un espectacular traje en color nude, con cinturón joya y chaqueta de mangas de piel. Aitana Sánchez Gijón se enfundó en un vestido muy vaporoso y escotado, con superposición de capas en plateado, mientras que Cristina Brondo se decantó por uno más sencillo en nude, falda de organza y top de escote corazón.
Miriam Díaz Aroca se presentó con un espectacular palabra de honor de raso, blanco roto y falda abullonada. La nota discordante de la noche la puso la directora Icíar Bollaín, quien prefirió saltarse el protocolo y aparecer con un look masculino a la par que sensual con traje de chaqueta y pantalón combinado con un impactante corpiño de escote corazón y encaje.
Total Black, el gran triunfador
El color negro fue el gran protagonista de la noche. Maribel Verdú, Carolina Bang y Belén Rueda fueron las tres que lucieron los estilos más sencillos. La primera, con manga asimétrica de Dsquared, la segunda con un sensual cuello barco de Hannibal Laguna y la tercera, muy estilosa, con un discreto diseño con escote asimétrico de Gucci.
Laura Pamplona eligió un espectacular vestido de Alta Costura vintage de Pedro del Hierro, con pedrería plateada, cola y gran abertura delantera, mientras que Olivia Molina prefirió un modelo recto y sin mangas de Paco Rabanne. Pilar López de Ayala fue otra de las favoritas de la noche con un sobrio y elegante Chanel con transparencias y combinado con un maxi tupé que aportaba el toque arriesgado que el look necesitaba. Las más atrevidas en cuanto a este color fueron Najwa Nimri y Dafne Fernández. La primera optó por un Dolce Gabbana de encaje transparente hasta los pies y la segunda, apostó por ir de corto, al más puro estilo años 50, con escote palabra de honor, y falda mini de vuelo y encaje.
Otras asistentes apostaron por este color, todo un clásico con el que siempre se acierta. Isabel Serrano, Carmen Machi, Barbara Lennie, Norma Ruíz. La ministra de sanidad Leire Pajín, la sexóloga Elena Ochoa y la modelo Noelia López.
El rojo, apuesta segura
Las femme fatale fueron aquellas que se decantaron por el rojo pasión. Ana Belén lució un favorecedor traje palabra de honor de Carrera y Carrera. Nora Novas, de Cortana, eligió uno en gasa con abertura lateral y asimétrico con nudo delantero y Lucía Jiménez se enfundó en un encorsetado de Pedro del Hierro. La ex presidenta de la Academia, Marisa Paredes, también se vistió de rojo, gracias al diseño de Carmen Halfter. Manuela Vellés, en tono salmón, brilló con un vestido palabra de honor en raso, que aportaba suavidad y delicadeza. También apostaron por el rojo las veteranas Victoria Vera y Silvia Marsó.
Las menos acertadas
Como es lógico, en cada alfombra roja siempre están los looks menos agraciados. En este caso, las peor vestidas fueron Ana Álvarez, quien apostó por un atrevido diseño de aire oriental muy poco acertado. Verónica Forqué con un vestido tipo túnica en rojo, tampoco acertó en su eleción. Anne Igartiburu, con un diseño de Caprile, de paillettes y plumas en tonos grises y rosas, no parecía demasiado cómoda. Lola Dueñas y Leonor Watling tampoco estuvieron acertadas con sus fondos de armario. Con vestido de gasa blanca abotonado en un lateral combinado con un cinturón negro con lazo dorado de Miguel Palacio y con un estampado de tonos azules de Miriam Ocáriz y luciendo embarazo, respectivamente, ambas dejaron bastante que desear.