¿Quién paga la boda?

Cuando decidimos casarnos, lo primero que pensamos es en el presupuesto que tenemos disponible para celebrar la boda. Hay maneras de enfrentar los gastos, según las tradiciones y tendencias, en las siguientes líneas os lo contamos.

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¿Con cuánto dinero podemos celebrar la boda que queremos? Es una pregunta recurrente entre muchas parejas de novios. Y en épocas de crisis miramos con lupa los gastos que implican la celebración. De ahí la importancia de evaluar cómo enfrentaremos económicamente este día tan especial.  

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En la actualidad, lo que más se estila es que sea la pareja casadera la que se encargue de afrontar todos los gastos de la boda. La mayoría ya conviven juntos y costean de manera compartida el mantenimiento del hogar. El tema está en ponerse de acuerdo en el tipo de boda que queréis tener y evaluar lo que podéis costear y los detalles que se sacrificarán, en función del presupuesto disponible.

Ciertamente en los meses previos a la boda, la pareja tiende a limitarse de hacer muchas otras cosas, toda vez que el dinero va dirigido a costear todos los gastos de la celebración. Tocar o no los ahorros disponibles –si los hay- es una cuestión que deben decidir ambos. Mirar las ofertas de última hora que permitan abaratar los costos es una opción infalible.

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Otra de las maneras de afrontar los gastos de la ceremonia es contando con la ayuda de la familia de ambos, especialmente de los padres. Por lo general es una decisión propia de ellos, en aras de colaborar con el gran día. Lo que se suele hacer es conversar en torno a todos los gastos que cada uno puede asumir e ir haciendo la planificación. En muchos casos, los padres ayudan regalándole el vestido de novia y colaboran con el banquete de boda, que es donde más inversión de dinero se requiere, según la cantidad de invitados. 

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Si los padres decidieran aportar una cifra y que sean los novios los que decidan en qué invertirla, lo ideal es que se mantenga una comunicación fluida y compartida para que ellos sepan en qué se ha gastado el dinero.  Es lo más correcto y recomendado. En muchas familias, hay abuelos, abuelas o tíos que también deciden dar un aporte, especialmente cuando saben que la pareja va muy justa con el presupuesto y les hace ilusión su boda.

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Antiguamente, era el padre de la novia el que pagaba toda la boda como una tradición arraigada, que ya no se usa en España, pero si se mantiene en países de América Latina. En esta modalidad, el dinero que puedan tener los novios lo usan para comprar su nueva casa y afrontar los futuros gastos de vida en pareja, ya que por lo general se van a vivir juntos cuando se casan.

En cualquiera de las formas siempre encontraremos las soluciones adecuadas para afrontar los gastos del día más especial. Sin tantos agobios que nos impidan disfrutar de cada instante de la planificación de la boda.