Los momentos inolvidables con nuestra madre el día de la boda
Una madre siempre está feliz si su hija o su hijo también lo están. Y el día de la boda es uno de esos momentos de máxima alegría para una familia. En los enlaces se suele dar más protagonismo a esa madrina que acompaña a su hijo hacia el altar; pero la madre de la novia también se merece un recuerdo especial, así como ser protagonista de momentos únicos junto a su hija ese día tan especial.
Ayudando hasta el último día. Estando ahí en los momentos de nervios. Una madre es una figura única y se lo podemos agradecer con pequeños guiños y gestos hacia ella con los que le demostrarás lo mucho que te importa. Lo mejor ese día es llevar esa joya especial que lució tu madre el día de su boda o que tiene guardada con especial cariño cuando se la regaló tu abuela. Qué mejor momento que hacerle un homenaje llevando esos pendientes, pulsera o anillo antiguo y con tanta tradición familiar.
Cuando vayas a entrar a la ceremonia no olvides acercarte a ella para darle un abrazo o un beso. Se quedará emocionada y será la mejor forma de comenzar tu nueva vida de casada.
Las fotos de ese día no solo deben reflejar la alegría tras el sí quiero. Aprovecha esos momentos previos de preparación mientras te pones guapa para charlar un rato con tu madre, aprovechar para unas pequeñas confesiones y haceros unas fotos. Tus últimas imágenes de soltera.
Durante el cóctel y sin que ella sospeche nada, es el momento ideal para hacerle ese regalo especial para agradecerle todo. Y un bonito ramo de flores será la opción ideal en este sentido.
Es tradición que la novia baile la primera canción con su padre o su ya marido, pero ¿y si rompes ese protocolo y sacas a tu madre? Nadie se lo esperará, ni ella misma, y será un precioso gesto.