¿Invitada de negro? Por supuesto
Siempre se ha dicho que de blanco o negro no se puede ir a las bodas. En el primer caso es una obligación no coincidir con el tono de la novia por cuestiones básicas de educación; es su día y no le vas a robar protagonismo. Sin embargo, ya se ha desterrado esa idea de que el tono oscuro no es apropiado. Y hoy os damos algunas pistas para inspiraros en vuestra próxima boda.
El color negro siempre ha sido símbolo de elegancia, por tanto es un básico imprescindible si quieres ir perfecta como invitada a una boda. Atrás quedó esa "prohibición" de no llevar este tono cuando ibas a una boda, ya que se asociaba a eventos menos alegres. Sin embargo, con los complementos adecuados, es un básico que queda perfecto como outfit.
Sin embargo, hay algunas reglas que no pueden romperse si eliges este color como parte de tu vestimenta. Así, en bodas celebradas por la mañana, todavía es impensable que una invitada se decante por el color negro. Quizá sea porque es un tono que asociamos con la noche, o quizá sea porque su carácter más sofisticado nos pide un ambiente más de fiesta nocturna que de evento temprano. Una gama cromática cálida es siempre preferida en esos enlaces de mañana, así que reservemos el negro sólo para los de tarde.
Tampoco podemos ir de negro entero de la cabeza a los pies. Es demasiado fúnebre. Una opción para alegrar el look negro es apostar por complementos vivaces, en tonos como el rosa fucsia, el rojo, amarillo o un vibrante azul. Un consejo: mejor si el bolso y los zapatos van a juego. Una opción que puede ser complementaria al anterior mandamiento es decantarse por un vestido negro, pero que incorpore algún detalle, ya sea un mínimo toque de color, un pequeño estampado o quizá algún aplique joya.
Otra alternativa en esta línea es elegir un diseño que no sea del todo largo, de manera que no resulte tan abrumador, como un corte midi o asimétrico.