Un segundo vestido para la boda

En la pasada pasarela de Barcelona Bridal Week, el diseñador Jordi Dalmau nos sorprendía con el carácter festivo de sus vestidos de novias, más allá de los colores. Al principio, los vestidos eran muy largos y, luego, poco a poco, se descomponían en varias partes…. Se convertían en faldas y acto seguido, en una versión mini sexy, ideal para bailar la noche entera. Así las plumas, los pailletes y los bordados eran transformados en un vestido corto y un poco más informal, sin sacrificar el glamour nupcial.
 

Y es que Dalmau es de los que considera que no hay necesidad de recurrir a dos vestidos para el día de la boda, si uno puede ser convertible. Pero es que cada vez es más recurrente ver como las novias deciden lucir y estrenar dos vestidos de novia diferentes: uno para la ceremonia: el principal  y otro para bailar sin ningún tipo de peso, cola u otro detalle, y así poder pasearse por todo el recinto al tiempo de disfrutar el banquete y las conversaciones con los invitados.
 

 
Lo más recomendable es elegir un vestido del mismo diseñador, o como los convertibles que sugiere Jordi Dalmau. Muchos, ya lo están creando y la alternativa es un modelo que se le pueda quitar la cola, en caso de tenerla, la falda, las mangas para que quede tipo escote. En definitiva se trata de un vestido totalmente diferente.
 

De esta manera, vemos como cada vz más aumenta el número de novias que eligen el vestido corto o sexy mini, como lo que impuso en pasarela Hannibal Laguna, y que están marcando tendencias, principalmente para las novias extrovertidas, y las más modernas.
 

Otra opción es escoger un vestido de otro color, eso sí, apuesta por tu tono favorito, o bien por el que más te favorezca de acuerdo a tu tipo de piel, gusto y personalidad. Ya sabes que la paleta cromática ahora es infinita…. No pasa nada si te quitas el blanco impoluto... la larga cola; tú espíritu de princesa siempre será indetenible.
 

Oscar de la Renta   The 2nd Skin