¿Pedimos dinero como regalo de bodas?

¿Pido dinero o un regalo? Este es una de las grandes disyuntivas que se plantean los novios a la hora de decidir el regalo de boda. De cara a los invitados de la boda cuando nos llega la noticia de que algunos de nuestros amigos nos han invitado a su boda, hoy más que nunca empezamos a realizar los cálculos: vestido, zapato, regalo, peluquería, hotel si es en otra ciudad… En ocasiones, la cifra, más allá de la alegría, nos produce dolores de cabeza, y, en muchos casos, la situación económica se convierte en el factor que impide asistir a la boda; incluso trascender a los lazos afectivos que pueda haber con la pareja de novios.  

Con cierta tristeza, Ruth González nos comenta que en el mes de septiembre no pudo ir a la boda de una buena amiga en Palma de Mallorca, pues entre ella y su chico -en situación de paro- no podían costearse todos los gastos que implicaba. “No os podéis imaginar cómo me costó tomar la decisión y lo mal que me sentí, pero no podía hacer frente a todos los gastos, sumado al regalo en metálico, a pesar de que el alojamiento me lo regalaba mi amiga”. 

En la época actual, la situación de Ruth se ha hecho más común; es recurrente. Pero, además, el protocolo para bodas y las costumbres han adquirido otros matices importantes, toda vez que pedir dinero como regalo de boda parece que se ha institucionalizado debido a la misma situación económica de las parejas de novios y por el hecho de que la lista de boda, ya no resulta tan útil... Cada vez más los novios conviven y llevan tiempo viviendo juntos antes de casarse, o ya tienen su casa totalmente equipada, según gustos y necesidades.

Producciones CM

Dinero, lista de boda o...?  

Como futuras parejas nos encontramos con ese dilema si pedir dinero es o no prudente. Por eso, hemos consultado diversas opiniones, y encontramos visiones divididas, que hoy queremos compartirlas con todas vosotras para que nos ayuden también con el tema.

En el Foro de Todoboda, una de nuestras foreras, m.mir, considera que es uno de los temas que hay que hablar sin tapujos, ya que muchos novios no saben cómo plantearlo cuando ya conviven o tienen el piso montado. “Poner el número de cuenta bancaria en la invitación es algo que queda bastante mal y si lo hacen, me he encontrado con el caso de una pareja que conozco, a quienes le ha caído una lluvia de críticas y ante esta situación, algunos invitados les sentó mal y regalaron menos dinero del que habían pensado… Pero ante la ´imprudencia´ de no pedir dinero, que es lo que la mayoría de los novios necesitan, se han encontrado con regalos repetidos o totalmente innecesarios”.

35 mm Fotógrafas

Según la práctica generalizada desde hace mucho tiempo en España, cuando se pide dinero los invitados lo ingresan a la cuenta de los novios. Pero el protocolo -que también se ha extendido-  nos dicta que por lo menos la cantidad a regalar debe cubrir o doblar el precio del cubierto. Una cifra promedio que hoy puede rondar entre los 150 y 200 euros aproximadamente. “Cuando me casé hace dos años no pedí dinero porque me parece un gesto muy frío. Ni tampoco hice lista de boda, consciente de que podía encontrarme con muchas sorpresas. Decidí hacer una boda pequeña, sin tantos lujos, con quienes quería compartir ese día. Quería varias fotografías panorámicas de una tienda de Madrid y un cuadro  de una artista, como buena amante del arte. Mis familiares y amigos más cercanos se pusieron de acuerdo y me emocionaron con esos regalos”, nos comenta María Muñoz, vía telefónica.

Así que los que se resistan a pedir dinero, una opción es aprovechar la ocasión y pedir por aquel detalle, u objetos que tanto has anhelado y, por una u otra razón, no lo has podido tener. Otras parejas que ya conviven deciden actualizar algún mueble del hogar, y así se lo hacen saber a sus más allegados para que entre todos, colaboren con la ilusión.  

Gaspar Domínguez

Otros regalos de boda como alternativa

Lo más recomendable es preguntarles siempre a los novios, o a los familiares más cercanos, lo que ellos prefieren como regalo. Y es que en definitiva las convenciones sociales están cambiando. “En los tiempos que corren, no me parece imprudente decir que lo que necesitamos es dinero, igual ponerlo en la invitación sienta mal a algunos, pero ya es una costumbre y cada quien debe aportar según sus posibilidades o lo que buenamente puedan. Los tiempos han cambiado. Sería ideal, que según recibas la invitación hagas el ingreso a los novios, si es lo que han pedido, con la cantidad que puedas y sin tantas presiones sociales. Además, está claro que siempre habrá una tía o un primo que te haga un detalle muy personal”, opina Carolina Guevara desde Barcelona.

Otra modalidad que se ha puesto de moda recientemente es la lista de boda en agencia de viajes, con el cual los invitados pueden colaborar con la luna de miel soñada de los novios o regalar etapas específicas del viaje o ciertos trayectos. De igual forma, hay parejas que optan por la donación de dinero a una ONG, colmo una labor loable, o apuestan por las tarjetas solidarias de instituciones como Intermón Oxfam o el Regalo Azul de Unicef, y así contribuyen con proyectos sociales o con comunidades más necesitadas.    

En definitiva, las costumbres están cambiando y los ejercicios de humildad no deberían dejar atrás el romanticismo y la sensación de sentirnos invitados especiales a la boda.