Aunque un wedding planner es sobre todo un profesional que conoce a la perfección los entresijos de la organización de una boda, sobre todo es una persona que acompaña a los novios en ese camino hacia el día más especial de sus días. Así que, antes de contratar los servicios de uno de ellos, echa un vistazo a los que trabajan cerca del lugar de celebración de tu boda y que se ajuste a tu estilo...y a tu presupuesto. Normalmente, en su web hay ejemplos de su trabajo, honorarios o el tipo de organización que realizan. Tras una primera toma de contacto telefónica, es el momento de buscar un hueco para conocerse personalmente, reuniros e intercambiar impresiones sobre cómo será vuestra boda y lo que queréis transmitir a vuestro wedding planner.
Antes de ir a ese primer encuentro, llevad ya anotado o en vuestra cabeza el presupuesto que os queréis gastar, así como los detalles de cómo queréis que sea vuestra boda. De esta manera, el servicio de wedding planner os ayudará a encontrar y contratar a los proveedores que mejor se ajusten a lo que buscáis. Transmitidle vuestros gustos, e incluso dudas o inquietudes, sobre decoración, música, catering, invitaciones, detalles para los invitados, ideas para animar la fiesta o para colocar a todos en sus mesas. ¡Y siempre, dejaos asesorar! Incluso os pueden aconsejar si todavía no sabéis que tipo de vestido de novia os gusta más o con qué peinado estarás más favorecedora.
El día B
Llega el gran día y los nervios están a flor de piel. No hay nada de que preocuparse, tenemos una especie de 'angel de la guarda' que velará para que nosotros solo nos encarguemos de disfrutar. Horas antes de que todo comience, ellos ya estarán al pie del cañón ultimando los detalles para vuestra llegada. Tendrán todo bajo control para que nada falle y adelantarse a cualquier imprevisto que os pueda arruinar el día. Para la hora señalada, estará todo perfecto; el cóctel y la comida listos, la música en su justo momento y los invitados perfectamente sentados y disfrutando de vuestra felicidad.