¿Tu idea es casarte en una finca? Sigue estas recomendaciones
Casarse en mitad del campo cuando se está en plena primavera o al atardecer en verano es una de las ideas que más buscan los futuros novios. Y es que es un entorno único y exclusivo lejos del bullicio de la ciudad, un lugar de ensueño al aire libre, con un ambiente natural, servicios especiales y, en algunos casos, con una cocina propia a la altura del mejor restaurante. Pero eso sí, para cumplir este sueño romántico se deben tener en cuenta algunos aspectos clave para que todo salga perfecto y desde TodoBoda os damos algunas recomendaciones.
Como se trata de un momento crucial es importante tener en cuenta estos consejos previos y el primero de ellos es conocer de antemano la ubicación de la finca y si dispone de buenos accesos para llegar hasta ella, sobre todo por la comodidad de los invitados. Y es que las fincas están apartadas de las zonas urbanas, en algunos casos demasiado hasta el punto de que esto supone un inconveniente para los invitados, y a veces, incluso para los propios novios. Por eso no hay que olvidar que celebrar la boda en lo alto de una montaña es muy idílico, pero también muy poco práctico, por eso merece la pena descubrir fincas con preciosos jardines y un entorno natural que están a una distancia accesible y cómoda.
Así pues, se debe comprobar que hay buenas vías de comunicación hasta la finca y que el tiempo de desplazamiento desde el lugar de la ceremonia no sea excesivo. Incluso será necesario contratar un autocar para los invitados, de lo contrario, asegúrate que la finca cuenta con un parking suficiente para alojar los vehículos de tus invitados.
Otra de las premisas a tener en cuenta es que la finca sea lo suficientemente amplia como para que todos estéis cómodos: jardines, terrazas, patios, bodegas, zonas de cóctel, chill out, show cooking, pista de baile...Si disponéis de diferentes espacios, tu boda podrá ser más personalizable y tus invitados podrán acomodarse en diferentes ambientes.
Relacionado de todo lo anterior, y aunque parezca algo obvio, también hay que tener en cuenta la capacidad de la finca. Algunas se adaptan a diferentes números de invitados, y está claro que sería un grave error tratar de "encajar" 200 invitados en una finca que está preparada para un máximo de 150. Pero pocos se dan cuenta de que lo contrario es improductivo: contratar una finca de 150 para 40 invitados puede ser un desembolso inútil, cuando ese mismo presupuesto lo podemos aprovechar en otros conceptos, como decoración, fuegos artificiales, detalles para los invitados…Cuanto mejor se ajuste a nuestra lista, mejor. Y también conviene saber las condiciones de la finca a este respecto: invitados que fallan a última hora, mínimo y máximo, penalizaciones, etc.
Otro aspecto clave es saber si en ese espacio se puede celebrar el enlace ya que sería un buen dato a tener en cuenta por comodidad, tiempo y, en muchas ocasiones, incluso por un tema económico.
Y teniendo toda la parte logística atada, ahora pasamos a otro de los puntos importantes: la gastronomía. Así se puede contar con una finca que tenga cocina propia o por el contrario contratar un servicio de catering que se encargue con todo lo relacionado con el menú de boda.
Y dos últimas recomendaciones importantes: la decoración y todo lo que tiene que ver con detalles como la iluminación, el seatting, los adornos florales, velas, centros de mesa, cubertería y mantelería...; así como los extras que se incluyan en el precio: la barra libre, operador de música, seguro de cancelación, servicio de fotografía y vídeo...