¿La fórmula de la felicidad?
El día de San Valentín es una excusa para celebrar el amor en pareja. Pero, también una oportunidad para repasar las claves y las recomendaciones que nos pueden ayudar a llevar una relación más duradera, llevadera y sobre todo que ninguno de los dos se aburra y que el amor se mantenga. ¿Lo intentamos?
Rompe la rutina cada vez que puedas. Las sorpresas no sólo se deben reservar para el día de los enamorados, intenta inventar siempre actividades que rompan con la cotidianidad y aligeren el estrés del trabajo y de la vida misma... Compra unas entradas al cine en pleno miércoles, por ejemplo, reserva un fin de semana a un destino apetecible, házle una invitación a conocer el restaurante nuevo que has visto en la guía de la ciudad, llámala al mediodía y convócala a una comida express, cerca de su oficina... También hay otras opciones que no requieren mucha inversión de dinero, como aprovechar las ofertas de última hora en hoteles y restaurantes, preparar una cena casera , con música y a la luz de la vela.
Respeto y tolerancia por las costumbres y visiones. Cuando decidimos compartir la vida con una persona, debemos estar conscientes que cada uno tiene su forma de pensar, defectos y virtudes, hábitos, así como visiones ante la vida. La clave está en saber negociar, ceder, comunicar, y adaptarse el uno del otro. No pretendamos cambiar la personalidad, ni volvernos obsesivos, porque de allí es que derivan las frustraciones, los complejos de culpas y muchas discusiones. Si no le gusta ir de compras, no lo obligues, hay muchas actividades que si pueden hacerlos juntos, sin que ello signifique un sacrificio para uno u otro. Recordar que no siempre van a estar de acuerdo en todo, lo importante es lograr el consenso.
Cada uno tiene su espacio. Siempre habrá momentos para estar en pareja y solo, disfrutando momentos de introspección o de sencillamente, de no hacer nada en la soledad. Seguramente querrás ir a cenar con tus amigas, o él ir a ver el juego de fútbol con sus amigos, o comer con su madre, y no pasa nada, después se encontrarán y se extrañarán el uno al otro. Es importante respetar lo momentos de reflexión de cada uno, ni obligarlo a decir te quiero mil veces, mientras está sentado en el sofá, por ejemplo, con la mente en blanco. La mente de la mujer funciona diferente a la del hombre, por eso no expresamos las emociones ni los sentimientos de la misma manera.
En definitiva, no hay una fórmula exclusiva para un matrimonio duradero, el amor es la columna vertebral que hay que cultivarlo y mimarlo, y ponerle mucho empeño, a pesar de la crisis económicas, y todas las coyunturas que se puedan presentar, pues es la esencia de la relación en pareja. Por eso es que la emoción y las mariposas deben reactivarse y mantenerse vivas con el paso de los años. Si bien la llama de la pasión no será la misma, rescata el valor de los pequeños detalles y del sentimiento mutuo.
Piensa ahora mismo en una sorpresa y aprovecha que se acerca San Valentín.