Roma amorosa y eterna

En Roma todos los placeres parecen concentrarse en un mismo espacio. Sin duda, es una de las ciudades más encantadoras y visitadas del mundo, y se ha convertido en un destino ideal para una escapada en pareja  o para la luna de miel.

Fotos: Sxc.hu

Atesora un pasado histórico en forma de monumentos colosales que se conjugan abiertamente con la vida diaria de una ciudad moderna, experta además en la Dolce Vita. Así, su eterno legado cultural, la pizza y el helado, entre otras razones nos hacen visitarla y proclamar el amore en cada rincón.   

El recorrido inicial por Roma puede empezar por descubrir su arte romano con la visita al Coliseo, desde la zona de Termini para admirar su majestuosidad.  En su interior es posible apreciar la zona donde se divertía la sociedad romana entre juegos y competencias, con un aforo de hasta 50 mil espectadores.

Hoy pareciera que el imperio romano se acercará más a cada uno de los viajeros que visitan la ciudad. Y nada como disfrutar en pareja en un bar al aire libre con el Coliseo como telón de fondo, o aventurarse a recorrer parte de sus rincones a bordo de una moto Vespa de alquiler.

Tanto en el día como en la noche, la Fontana di Trevi -diseñada por Gian Lorenzo Bernini-  es una parada obligada cuando se visita Roma. Otra referencia es la Piazza Navona, ideal para divertirse de noche y tomar una copa.  La zona, además, pertenece a la parte barroca y con orgullo exhibe las obras de este gran artista no sólo en sus calles, sino también en museos e iglesias.

Situado entre las colinas de Roma, yace el Foro Romano, que merece la pena explorarlo con calma. Otra de las grandes plazas, siguiendo por la Vía Sixtina, es Piazza Spagna, y su Fontana della Barcaccia. Tampoco deje de visitar la Villa Borghese: bonito jardín albergue de diversos estilos de arte, junto a su galería que tiene el mismo nombre con reconocidas huellas del Renacimiento y del Barroco, representadas en las creaciones de Caravaggio, Tiziano y Rubens.

Pero un viaje a Roma, no será completo sin la visita a la Ciudad del Vaticano, cuya belleza va más allá de todas las creencias. Imperdibles: la tumba de San Pedro, los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina, con su techo tan espectacular, creado por Miguel Ángel.

A la hora de experimentar un recorrido pintoresco, la recomendación es emprender camino hacia la parte Sur especialmente en el barrio de Trastevere.  Desde allí puedes visitar la Isla Tiberina y terminar en la Piazza Venezia. Y tomar las mejores panorámicas en una de las urbes más fotogénicas del mundo. Por eso hay que recorrerla y caminarla: parece siempre eterna y en pareja aún más.