Consejos para que tu luna de miel sea perfecta
Después de meses de preparativos para que la boda sea ideal y no haya ningún fallo y de un día lleno de emociones y nervios, lo mejor es relajarse en un destino lejano y paradisíaco. Sin embargo, la luna de miel puede ser el inicio de una relación maravillosa, feliz, estable o, por el contrario, una pesadilla. Desde TodoBoda te ofrecemos estos consejos que no te debes perder si quieres que tu luna de miel sea inolvidable y perfecta. ¡Toma buena nota!
No lo dejes para última hora
Una vez metidos en la vorágine de los preparativos de la boda, no dejes para el final la elección y reserva del viaje de novios. Tened en cuenta que este viaje es especial y resulta, en la mayoría de los casos, más caro que un viaje convencional que podamos hacer en verano. Por ello, y a la hora de decidir cuánto dinero gastarás en tu boda, ten en cuenta una parte del presupuesto que se destinará a la luna de miel. Una vez decidido el coste, barajar todas las opciones que no sobrepasen ese precio acordado. Así, pensad tanto en vuestros gustos personales como en las peculiaridades del destino elegido. Es decir, condiciones meterológicas, tiempo invertido en llegar hasta el mismo -no vas a viajar a Asia para estar apenas 5 días allí-, situación política o social en el momento del viaje, cobertura sanitaria o legal, etc.
Lo ideal es que vayáis a vuestra agencia de viajes de confianza y que ellos os asesoren sobre el viaje que encaja con vosotros. Conviene reservar un par de meses antes de la fecha del viaje y, en dicha reserva, incluir todas vuestras necesidades: desplazamientos, itinerarios, alojamientos, lugares de interés, actividades, etc.
Olvídate del exceso de equipaje
A la hora de hacer las maletas es primordial conocer el sitio y la temperatura del lugar donde vayáis a viajar. Por ejemplo si vuestra idea es recorrer Alaska, igual tres pares de bikinis no es lo más acertado para llevar; con que llevéis uno por si hay spa en el hotel es suficiente. Lo mismo que si viajáis a Thailandia; deja el plumífero para las Navidades y llévate una chaqueta por si un día refresca. Lo mismo con el calzado. Como se trata de un viaje para descubrir rincones o estar relajados en la playa, no hace falta que llevéis demasiados zapatos de fiesta. Con guardar en la maleta un par de zapatos de vestir para esa cena romántica a la luz de las velas, es suficiente.
A la hora de hacer el equipaje piensa en lo imprescindible. Ropa cómoda, enseres de aseo personal, algún libro y documentos importantes (pasaporte, cartilla sanitaria, tarjetas de crédito); así como remedios de urgencia para imprevistos de salud (picaduras de mosquitos, gastrointeritis, resfriados o dolores de cabeza).
Si queréis, podéis llevar con vosotros una pequeña mochila plegable dentro de la maleta. Os será muy últil para traer todos esos souvenirs que os pedirán familiares y amigos. Pero, sobre todo de lo que tienes que llenar la maleta es de felicidad y de muchas ganas de disfrutar de este viaje y esta experiencia.
Disfrutad del lugar
Es cierto que todo el mundo sueña con esta tumbado en una isla de arena fina frente a un mar de color turquesa. Y eso es hasta saludable, unos días de desconexión y no hacer nada. Pero ya que estás en el otro lado del mundo y viendo un país totalmente diferente al tuyo, aprovecha para conocerlo. Y eso no se consigue haciendo miles de fotos y subiéndolas a vuestras redes sociales. Patea sus ciudades, conoce su cultura, a su gente y prueba su gastronomía. Eso sí, sigue siempre las indicaciones de los guías locales en relación a lugares poco recomendables por tu propia seguridad. Además, respeta las costumbres y tradiciones de cada lugar.
Pequeñas diferencias
Como suele ser normal en cualquier pareja, no todo es idílico y en ocasiones surgen diferencias, sobre todo en viajes. No siempre vais a estar de acuerdo en todo en vuestra vida y puede que, en el caso de la luna de miel, el tener algún imprevisto afecte a vuestro buen humor ese día. Sin embargo, intentad aparcar esas rencillas, disfrutad y pensad que estáis haciendo un paréntesis en vuestra rutina diaria. Ya habrá tiempo para las preocupaciones a la vuelta del viaje.
¡Buen viaje!