

Boda flamenca en Antequera al son de las palmas
El duende, el arte y la magia del sur no se pueden inventar. El flamenco se respira, se siente y se transmite con cada poro de la piel, y una boda es sentimiento puro, nada se puede disfrazar. Patricia y Juan querían un día que los identificase.
Albert Paimes Fotografía
“Queríamos una boda con la que nos sintiéramos cómodos, sin tener que interpretar ningún papel”. Y así lo hicieron. “Somos muy flamencos y nos movemos en ambientes muy flamencos. De no haber sido así no pareceríamos nosotros”, explica Juan.
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Muchas flores de temporada, un patio andaluz, una finca que recuerda a los cortijos andaluces, una mantelería campestre, lluvia de romero y arroz para los recién casados, pescaito frito, vinos de la tierra, pañuelos de lunares rojos al cuello, un grupo de flamenco y la novia zapateando terminaron de componer una boda diseñada al detalle con cariño por los novios para demostrar su amor y festejarlo con las personas más cercanas.
Albert Paimes Fotografía
Una boda diferente no sólo destaca por la decoración y los elementos que la componen, sino también por sorprender y emocionar, los cambios en los protocolos y la actitud de los novios. Patricia explica que “mientras nos casaban, quisimos que el cura nos hiciese la velación, un ritual en desuso totalmente que proviene de la edad media”.
Albert Paimes Fotografía
Asimismo, la misma novia regaló a sus invitados lo más preciado en una boda: tiempo y dedicación. “Bailé con cada uno de los invitados, quise dedicarle ese momento de mí. Pienso que, en una boda, la novia siembre es la protagonista y esa fue mi manera de expresar que cada uno de ellos estaban ahí por algo”.
La boda, como la vida, sea flamenca, urbana, campestre o vintage se compone de instantes y momentos. Por ello, cuando la novia recuerda aquel 19 de mayo se emociona al pensar en “la entrada en la Iglesia con mi abuelo por padrino, la cara de mi futuro marido, tan intranquilo esperándome, el ver tanta gente que tan grande esfuerzo hicieron por estar allí viniendo de tan lejos y el novio leyéndome un precioso poema en el altar”.
- Vestido novia: Diseño de Paz Crespo
- Traje de novio, zapatos y complementos: Carlo Pignatelli
- Lugar celebración: Hacienda Monte Pilar
- Fotografía: Albert Paimes
- Cátering: La Manzana de Adán
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