Lo mejor para conocer esta ciudad italiana es callejear, o mejor dicho navegar. La ciudad de los canales es una maravilla de edificios entre el agua. Lo primero que te llamará la atención es el Gran Canal y lo mejor es recorrerlo en vaporetto hasta la inmensa y bella Plaza de San Marcos. Pero como estamos de luna de miel, a nuestros novios les recomendamos la opción más romántica de ir en una preciosa góndola tranquilamente a la caída de la tarde. Una estampa única.
En ese recorrido veréis sus inmensos palacios y edificios históricos, sus fachadas de colores con ese paso del tiempo y ese efecto del agua sobre ellas. Cuando llegéis a la Plaza de San Marcos, los imprescindibles para ver son la Basílica, el Palacio Ducal, El Campanille y tomarse un café en sus maravilosas cafeterías debajo de los soportales de este rincón.
Venecia no sería la misma sin sus canales, su agua y sus bellos puentes. Uno de los más famosos es el de los Suspiros, justo detrás de la Plaza de San Marcos. El puente Rialto es otro de los imprescindibles y está en el corazón del barrio comerciante por excelencia de la ciudad.
Pero no solo de emblemas turísticos vive la ciudad, perdeos entre sus calles y descubrid el encanto de misteriosos y bellos rincones que solo vosotros encontraréis.