Lo primero que debes vistar en Costa Rica es el Parque Nacional de Manuel Antonio, uno de los más conocidos de todos los que cubren Costa Rica. El país se podría prácticamente dividir en reservas y parques y no quedaría ni un rincón solitario porque si por algo destaca Costa Rica es por su vegetación y biodiversidad. El Parque Nacional de Manuel Antonio, en la provincia de Puntarenas, es uno de los más espectaculares. Sus playas paradisíacas, su aire de relajación y vegetación y su fauna hacen que todo el que entra no quiere salir. Eso sí, cuidado con los animalitos porque es muy probable que cuando te despistes los monos, mapaches o resto de animales, te roben la comida.
Otra de vuestras paradas debe ser Puerto Viejo, un pequeño pueblo localizado en la Costa Atlántica en la Provincia de Limón y cuenta con uno de los paisajes más hermosos que se pueden encontrar en Costa Rica. Si te quieres relajar, disfrutar de soleados atardeceres y probar la comida caribeña, Puerto Viejo es tu lugar.
En el pueblo de Tortuguero entre Junio y Septiembre se pueden hacer voluntariados para cuidar el desove de las tortugas y ver cómo hacen la pequeña, (pero inmensa para los recién nacidos) travesía entre la playa y el mar.
Y un volcán hay que ver. El volcán Poás ofrece una espectacular vista de uno de los mayores cráteres del mundo y es uno de los Parques Nacionales más visitados de Costa Rica. Haznos caso, la naturaleza es terriblemente hermosa aquí.
Nuestro último plan es disfrutar de la costa sur del país realizando un tour de avistamiento de ballenas jorobadas, delfines y otras especies a la vez que visitas las aguas de la impresionante Isla del Caño.